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Llegó tarde al reparto de ojos y le dieron dos cachitos de cielo.
Despejado.
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lunes, 30 de marzo de 2015
domingo, 16 de noviembre de 2014
Abu
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Estos días donde su ausencia se torna constantemente presente no logro darme cuenta si extraño más su forma de cuidarme o mis ganas de cuidarla un rato más.
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Estos días donde su ausencia se torna constantemente presente no logro darme cuenta si extraño más su forma de cuidarme o mis ganas de cuidarla un rato más.
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domingo, 2 de noviembre de 2014
La culpa es de los otros
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De lunes a viernes mi mamá nos despertaba cantando "A levantarse dijo la rana mientras espiaba por la ventana, tira con tirita y ojal con botón". Lo escribo y busco la almohada detrás de mi cabeza para taparme los oídos. Fue una especie de tortura musical que duró lo que duró su empatía con Magdalena Ruiz Guiñazú, quien musicalizaba con María Elena Walsh a los que se despertaban a las 7.
Los sábados, no sé, no me acuerdo. Mi papá arreglaba cosas. Arreglar cosas es su especialidad. Primero el auto, siempre había algo que hacerle. Se pasaba horas en la vereda. A veces me pedía ayuda. Me gustaba que creyera que yo estaba a la altura de ayudarlo a arreglar algo. Los fusibles me perdían, sus colores y que cada una de esas piezas hiciera por ejemplo, hacer andar la luz de giro de la izquierda y la otra igual, pero de otro color, el giro de la derecha. Después del auto pasaba a la casa. Y ahí también me pedía ayuda; sostener la escalera o alumbrar con la linterna se había convertido en mi especialidad.
No me acuerdo que hacía mi mamá mientras tanto, siempre estaba de acá para allá, y mi hermana la acompañaría. Mi hermana siempre acompañaba.
Y los domingos a la mañana, creo que sin saberlo, pero queriendo, la casa se llenaba de música elegida por ellos. Puedo verlo a mi papá sentado frente a la chimenea y escucho a Piazzola o Vangelis. Y voy a la cocina y mi mamá canta con Mercedes Sosa. Y me voy de Lanús y voy a su casa de Villa Crespo y escuchamos a Silvio o a Serrat, o a Mercedes, o a todos juntos en ese compilado que armó ella y hoy está en las cuatro casas de los cuatro que alguna vez vivimos juntos en Carlos Gardel.
Hoy es domingo, y como todos los domingos a la mañana en esta casa suena Silvio, quizás es una forma de volver a esos domingos, quizás en mi forma de vivir mis domingos, no lo sé.
Sólo sé que la culpa es de mis viejos pero que la responsabilidad es sólo mía. Y eso está muy bien.
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De lunes a viernes mi mamá nos despertaba cantando "A levantarse dijo la rana mientras espiaba por la ventana, tira con tirita y ojal con botón". Lo escribo y busco la almohada detrás de mi cabeza para taparme los oídos. Fue una especie de tortura musical que duró lo que duró su empatía con Magdalena Ruiz Guiñazú, quien musicalizaba con María Elena Walsh a los que se despertaban a las 7.
Los sábados, no sé, no me acuerdo. Mi papá arreglaba cosas. Arreglar cosas es su especialidad. Primero el auto, siempre había algo que hacerle. Se pasaba horas en la vereda. A veces me pedía ayuda. Me gustaba que creyera que yo estaba a la altura de ayudarlo a arreglar algo. Los fusibles me perdían, sus colores y que cada una de esas piezas hiciera por ejemplo, hacer andar la luz de giro de la izquierda y la otra igual, pero de otro color, el giro de la derecha. Después del auto pasaba a la casa. Y ahí también me pedía ayuda; sostener la escalera o alumbrar con la linterna se había convertido en mi especialidad.
No me acuerdo que hacía mi mamá mientras tanto, siempre estaba de acá para allá, y mi hermana la acompañaría. Mi hermana siempre acompañaba.
Y los domingos a la mañana, creo que sin saberlo, pero queriendo, la casa se llenaba de música elegida por ellos. Puedo verlo a mi papá sentado frente a la chimenea y escucho a Piazzola o Vangelis. Y voy a la cocina y mi mamá canta con Mercedes Sosa. Y me voy de Lanús y voy a su casa de Villa Crespo y escuchamos a Silvio o a Serrat, o a Mercedes, o a todos juntos en ese compilado que armó ella y hoy está en las cuatro casas de los cuatro que alguna vez vivimos juntos en Carlos Gardel.
Hoy es domingo, y como todos los domingos a la mañana en esta casa suena Silvio, quizás es una forma de volver a esos domingos, quizás en mi forma de vivir mis domingos, no lo sé.
Sólo sé que la culpa es de mis viejos pero que la responsabilidad es sólo mía. Y eso está muy bien.
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martes, 28 de octubre de 2014
lunes, 9 de junio de 2014
Presente
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Siempre, indefectiblemente, siempre, se termina.
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Entonces no importa cuán grande o chico sea, si hay mucho
amor o un compañerismo envidiable.
No importa si hay un hijo o una casa reservada para tres.
No importa si hay
proyectos, rutas trazadas o guías sin estrenar.
No importan las familias apropiadas, ni los sobrinos ajenamente propios, ni los amigos para dos.
No importa si el amor no entra en el pecho o si el desamor
desgarra las tripas.
No importa si es explosión o es construido, si se va de a poco
o de repente.
No importa si tiene las pestañas más lindas o el cuerpo más
trabado, si es sexy o feo como un oso ni si es pelado o si es peludo.
No importan las ganas, ni la fuerza, ni los remos, ni los
obstáculos superados.
No importa la experiencia, ni su ausencia. No importa que
tan bueno es el sexo y ricos los desayunos.
No importa ni el pasado compartido ni el futuro ideado.
No importa nada.
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martes, 2 de julio de 2013
Asunto: Uno menos...
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...creyendo en Papá Noel.
Crece.
Mail enviado al papá de Nacho, anoche, minutos después de que se durmiera.
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...creyendo en Papá Noel.
Antes de dormirse me preguntó si Papá Noel existía y le pregunté que quería creer él y me dijo que eso no importaba, que le diga si existía o eran los papás.
Y le dije que sí, que éramos los papás, los abuelos, los tíos.
Me preguntó de dónde sacábamos los regalos, y le dije que los comprábamos.
Primero se puso a llorar y después se emocionó y me agradeció por todos los regalos que le hicimos.
Le dije que como hermano mayor tiene que seguir la magia con su hermana y que es una verdad que no se dice salvo que otro te la pregunte.
Mail enviado al papá de Nacho, anoche, minutos después de que se durmiera.
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miércoles, 26 de junio de 2013
Long Lashes
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Un día me desperté al lado de las pestañas más largas de la ciudad (y alrededores) y nunca nada volvió, ni volverá a ser lo que era.
Y eso está buenísimo.
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Un día me desperté al lado de las pestañas más largas de la ciudad (y alrededores) y nunca nada volvió, ni volverá a ser lo que era.
Y eso está buenísimo.
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domingo, 5 de mayo de 2013
De princesas y domingos
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No soy Rapunsel, mucho menos una princesa. Tampoco estoy encerrada en la habitación más alta de una torre y no creo en los príncipes de colores.
Pero tengo el pelo largo, mi apellido es Torres y vivo en el último piso de un edificio en Villa Crespo y algunos días, sobre todo domingos soleados de otoño, me gustaría que venga a buscarme para llevarme de la mano a pasear.
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No soy Rapunsel, mucho menos una princesa. Tampoco estoy encerrada en la habitación más alta de una torre y no creo en los príncipes de colores.
Pero tengo el pelo largo, mi apellido es Torres y vivo en el último piso de un edificio en Villa Crespo y algunos días, sobre todo domingos soleados de otoño, me gustaría que venga a buscarme para llevarme de la mano a pasear.
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martes, 19 de marzo de 2013
martes, 18 de septiembre de 2012
A menudo los hijos se nos parecen
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Recibo mail de Caro, madre de Uri, compañero y mejor amigo de Nani.
Ctrl + V:
Me cuenta Uri que el otro día en el pizarrón estaba escrito "Problemas de la Ciudad" (parece que esa era la consigna a pensar) y Nacho se acercó sigiloso y escribió "Macri". Me dejó sin palabras. Un master.
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Recibo mail de Caro, madre de Uri, compañero y mejor amigo de Nani.
Ctrl + V:
Me cuenta Uri que el otro día en el pizarrón estaba escrito "Problemas de la Ciudad" (parece que esa era la consigna a pensar) y Nacho se acercó sigiloso y escribió "Macri". Me dejó sin palabras. Un master.
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